¡Ay Buelita!
Recordándote
Hoy estuve recordándote.
Mi mañana inicio con un buen desayuno, tenía bastantes años sin preprarame un huevo estrellado y decidí que hoy sería ese día.
Y mientras disfrutaba de mi huevo con una salchicha partida a la lo largo por la mitad y bien doradita, acompañada de una salsa verde que tenía hecha por ahí y unas, más o menos ricas, tortillas de harina compradas, no pude evitar acordarme de ti.
Tus desayunos
Recuerdo esos días en que iba a tu casa de vacaciones y siempre me emocionaba desayunar en tu mesa; preparabas huevo estrellado con una salsa roja guisada con cebolla, frijoles guisados y unos ricas y muy deliciosas tortillas de harina ¡ay abuelita, que rico! Es que esos desayunos que hacías eran deliciosos.
Aparte del sabor de lo que cocinabas, era ese momento en la cocina, en tu cocina, era tu presencia y tu habilidad por tener todo listo, rico y calientito. Recuerdo todo eso que describo y es como estarlo viviendo porque hasta puedo percibir el olor de tu cocina aunado al olor de tu estufa, tan diferente a las estufas de hoy en día, y tu... principalmente tu, tu presencia.
Mi buelita tan linda... cuando ya terminabas de desayunar y lavar trastes, tomabas de por ahí una pedacito de cigarro, ese también era un olor caraterístico de tu cocina; ventana abierta, el cigarro en tus labios y tu, tu aroma. Nada me pone más contenta que recordarte porque me siento tan feliz de haberte conocido.
El desayuno de hoy
Mi intento de desayuno similar al que tu hacias ¡nnnnnnnnada que ver! No se asoma a ese bello recuerdo que tengo de tus desayunos. Me acordé que en ocasiones después del huevo nos hacías, a mi hermana y a mi, unas gorditas de dulce, me encantaban. Nunca tuve la inteligencia suficiente para preguntarte cómo las hacías, o sea, por qué nunca se me ocurrió hacer eso, caray. Yo solo sé que me gustaban mucho. Tal vez porque me sentía muy amada que te ocuparas en hacerlas ¡que felicidad! que nunca se me ocurrió preguntarte la receta, fue más fuerte tu cariño que no había mejor pensamiento en ese momento que disfrutarlo, que linda mi buelita gracias.
A pesar de no lograr tu nivel en mi desayuno, haber comido ese huevo estrellado que hice en mi cocina el día de hoy, fue como haber desayunado contigo, porque sentí tu presencia, tu aroma y tu cariño.
Mientras recordaba todo ese tan bello me sentí muy feliz, ahora que lo escribo siento un poco de amm, nostalgia y una que otra lágrima ha aparecido, es inevitable extrañar a quien se ama cuando ya no esta en este mismo plano terrenal. A pesar de ello, de sentir un poquitín de tristeza por tu ausencia, el nivel de felicidad que siento al recordar ese momento supera por mucho esa sensación y me pone aun más contenta porque debes saber que me hace feliz acordarme de ti.
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