Espíritu navideño
Diciembre
El mes de Diciembre siempre llega acompañado por un numeroso grupo de emociones, actividades, estaciones, momentos. La Navidad.
Se acerca el final
Para empezar una vez que vemos que Diciembre asoma su naricita en nuestro calendario estamos conscientes de que es el fin de una etapa, de un año más, el último mes del año, de acuerdo a nuestro calendario.
Emociones, gratificaciones
Pegadito, así de la mano salta en nuestro horizonte la emoción porque pronto recibiremos la remuneración por todo lo laborado durante todo el año, llamado como bien sabes aguinaldo, palabra que significa gratificación/regalo al final del año.
Así como la emoción de saber que tendremos un período de descanso, y si a eso le sumamos las fiestas decembrinas; posadas 🎄, regalos 🎁, comida, convivencia ¡Que felicidad!
Frío
Con la llegada de Diciembre, también arriba el clima helado 🥶, los fríos, las lluvias, los días nublados, al menos en la mitad del planeta, así que ya estamos acostumbrados, e incluso queremos vivir las fiestas decembrinas con algo de frío, de lo contrario sentimos que no es Diciembre y mucho menos Navidad, jajaja 😅😅😅.
Buscamos que haga frío para poder utilizar suéteres, botitas, cobijas, consumir ponche, chocolate y cosas calientitas, todo lo que tenga que ver con Diciembre, con invierno y con Navidad.
Espíritu navideño
Entre todas esas emociones aparece una frase que empezamos a escuchar por todas partes: espíritu navideño. En la escuela, en los lugares de trabajo incluso entre las reuniones de familia. ¿Por qué, a qué se refiere eso? 🤔
Algunas o muchas de las frases que se vuelven parte de nuestro día a día, han sido acuñadas por grandes corporativos con el único fin de: darle luz a su producto. O bien, también surgen de leyendas que han perdurado a lo largo del tiempo.
Muchas personas lo ven como sinónimo de festividad, pero yo lo veo desde otra perspectiva, te cuento.
Cuando llegamos a este mundo, anidamos en una familia y crecemos con sus costumbres, así que desde pequeños aprendemos y crecemos con esa emoción que nuestros padres y nuestros familiares, realizaban alrededor de estas fechas decembrinas.
Para mucho o mejor pongamoslo de esta manera, para algunos es algo bonito, para otro grupo es algo que detestan, otra parte no entiende que sucede, y para otro tanto solo es producto de la mercadotecnia, publicidad.
Acto seguido, continuamos haciendo lo que aprendimos o vivimos que hacían en casa de nuestros padres, nuestros abuelos o en el lugar en donde nos tocó vivir/crecer.
Desde mi perspectiva, las personas asumimos que el espíritu navideño se refiere a hacer fiesta, comprar cosas para regalar, pero no es así. Puedes tener o sentir ese espíritu navideño y no por eso te gusta hacer o acudir a fiestas o hacer regalos 😯.
Por supuesto que además de todo lo que la publicidad nos vende a través de audios, videos y toda esa parafernalia, también existe otro lado de estos eventos. El lado religioso y todo sabemos por qué; el nacimiento del niño Dios y todo lo que la iglesia y las religiones profesan.
Y aún así el espíritu navideño no necesariamente está o lo encontrarás en todas esas cosas que he mencionado, porque el espíritu navideño vive en cada uno de nosotros y lo hace de distintas formas.
El espíritu navideño emana de nosotros mismos; no son las cosas, es el instante en que haces una pausa, haces una reflexión y entonces encuentras ese momento especial que te lleva a esos recuerdos con los cuales creciste; regresas a ese lugar donde estuviste rodeado de todas esas personas que fueron cimiento en tu vida.
Quizás en tu ahora muchas personas ya no están y desearías aún tenerlas presente, entonces surge la nostalgia. Haces, sin darte cuenta, un recorrido a través del tiempo, y durante todo este año que está por finalizar. Y esas emociones que viven dentro de ti comienzan a brillar más fuerte.
Si las costumbres que aprendiste de pequeño te gustan continuas llevándolas a cabo, si solo te traen malos recuerdos, acabas por odiar estas fechas. Pero si vas un poco más allá; descubres que eres capaz de crear cosas nuevas; momentos mágicos que se convertirán en inolvidables para ti y para todos aquellos que estén a tu alrededor.
Y en mi opinión ahí es donde radica el espíritu navideño; en todas esas ganas que tienes de construir y compartir esos momentos tan llenos de magia. Donde sabes que no es necesario que haya regalos, solo que estén presentes esos seres que son realmente importantes para ti. Buscas cualquier pretexto para hacer cenas, comidas o sea reuniones que dejen huella, donde buscas ese calor para quitar el frío; ese calorcito de hermandad, de compañía, donde habrá risas, quizás alguna que otra lágrima, pero que sabes que a final de todo, de tener o no un regalo que dar o que recibir, aún existe vida.
Quizás habrá ocasiones/años en los que no sientes ganas o necesidad de ponerte navideño, o sea, poner el arbolito, poner decoraciones, las luces, pero aún así sientes ese lindo espíritu que vive en ti; el que te dice que quieres estar con las personas que colorean bonito tu mundo. Ese que te dice que tal vez debas dar una oportunidad más, el que te grita: ponte en contacto con esa persona. Porque es el momento en que la Navidad, ya sea por religión o por costumbre nos habla y nos dice: Estás vivo.
Sé feliz, disfruta estas fechas, el tiempo avanza y jamás regresa; date la oportunidad de estar tranquilo, contenta, rodeado de la gente más importante para ti. No importa si no pusiste arbolito, o si pusiste demasiadas decoraciones, si enviaste tarjetas navideñas o no enviaste ninguna, si no quieres o no puedes comprar regalos, no importa. Lo verdaderamente importante es que ese espíritu nunca muera.
Deja que la vida te abrace, déjate querer tantito, nadie es como nosotros queremos que sea, y estoy segura de que hay muchas personas que recuerdan algo maravilloso que vivieron o aprendieron de ti, eres un ser valioso.
Toda la magia que envuelve estas fechas navideñas la generas tú: con tu sonrisa, con tu presencia, con tu amor.
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