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¿Corregir o no corregir?

Hoy después del desayuno empezamos una plática en relación a cómo entendemos el inglés, obvio los que no somos nativos de Estados Unidos de Norteamérica, y no sé exactamente cómo terminamos hablando sobre la ortografía. Y ahí es donde la plática se convirtió en una discusión acalorada.

Soy de las personas que corrigen errores de ortografía 😁, pero obvio que no ando atrás de la gente corrigiéndolos, o sea, corrijo a las personas por quienes siento afecto. Por ahí les dicen grammar nazi, aunque no siento que yo entre en esa categoría.
¿Por qué lo hago? Siento que si me doy cuenta que una persona escribió mal una palabra es mi deber hacerle ver que tiene un error, siento que no puedo dejarlo pensando que está bien.
Y mi interlocutor me decía que eso no debe hacerse, que solo debe corregirse si la otra persona lo solicita. Cosa que yo no estuve de acuerdo.
Y entonces me dice, hay ocasiones en que he visto que tú escribes con faltas de ortografía, y ¡pum!, me sentí mal y pensé y de hecho le dije, y cómo es posible que no me corrijas si estás viendo que estoy equivocada y él insistió en que no es correcto. 😏
Entonces pregunté, como suele ser mi característica todo cuestiono, ¿quién lo dice? Y me contestó: los derechos humanos. Y yo así con cara de ¿qué tiene que ver eso? El chiste está en que terminamos algo acolarados por no decir molestos.

Yo estoy consciente de quién soy y de cómo soy, sé que soy una persona amm, testaruda, exigente, y todo lo cuestiono, lo sé.
Y no estoy justificando mis procederes solo que no estoy de acuerdo con él, opino y me mantengo que si conoces a una persona y además la aprecias y te das cuenta de que tiene un error pues se lo digo, ya si después de eso continúa cometiendo ese error pues entonces si ya no insisto. Pero la verdad es que no me gusta darme cuenta de que están en un error, siento como feo. Y sí lo sé, se siente feito que te corrigan, porque si me han corregido, ya que yo también cometo errores y de seguro muchísimos.

Tal vez en realidad la que está en un error soy yo, puede ser, e imagino que me daré cuenta en su momento.

Un desayuno rico pero con una discusión en la que se ve que él quedó un tanto molesto por lo que le dije y yo pues jeje, aprendí a no quedarme con las cosas con las que no estoy de acuerdo y en consecuencia no me quedo callada y digo las cosas tal cual. No me quedé molesta pero mientras lavaba los trastes pensé: no estoy de acuerdo con él, pero está bien, será mejor no volver a discutir.
El ya no está molesto pero yo muy dentro de mi si estoy algo seria, y no, no volveré a discutir ese asunto con él ni una vez más.